Esta mañana, como muchas otras, decidí salir a tomar el aire. La brisa matutina calaba profundamente; y en ese instante en el que el frio helaba mis adentros, me encontré un pequeño pájaro en el suelo. Una motacilla alba, también conocida como lavandera blanca.
Estaba herida de un ala, inmóvil y asustada. Con cuidado la recogí y la llevé a casa para llevar a cabo su deseada recuperación y reposo.
Estas aves, pese a su pequeño tamaño es un recordatorio de la resiliencia, del trabajo constante y de la belleza que se puede encontrar incluso en los seres más simples; si consigue mejorar encontrará prosperidad en el más básico de los ecosistemas.
Con el tiempo, la lavandera se recuperará de su herida y volverá a volar eventualmente. Me hace recordar a cuando te enfermaste. Tenía la esperanza de que mejorarías y lo superaríamos juntas.
La vida puede llegar a ser muy cruel.
Lo siente,
Tu hermana.